sábado, 18 de febrero de 2012

EL QUEHACER DEL LÍDER EN LA PRÁCTICA GERENCIAL PARA EL DESARROLLO DE LAS ORGANIZACIONES PÚBLICAS Y PRIVADAS EN VENEZUELA

¿Cómo deberá perfilarse el líder en Venezuela?

El análisis crítico individual sobre el liderazgo comprende una recopilación de los temas tratados sobre el gerente como líder organizacional, así como sus tendencias en la organización formal como punto de partida en el liderazgo cooperativo. Su influencia para el desarrollo progresivo de todas las áreas de la empresa y la visión de los nuevos negocios en base a su función transformacional para culminar con una visión general sobre la gerencia y el tipo de liderazgo responsable lo que permite tener una visión global sobre lo que debe ser un líder en Venezuela.

La historia ha demostrado la importancia del liderazgo para el desarrollo de todos los ámbitos de la vida. En el caso de la administración comercial y de en otros ámbitos de la gerencia en general, se evidencia el llamado a incluirse en esta afirmación, con vista a lograr la eficacia y la calidad que el mundo de hoy necesita de las organizaciones.

En definitiva, el liderazgo ha sido abordado en distintos períodos destacando con suma claridad, aspecto que permiten definirlo. En virtud de ello, Gibson, Ivancevich y Donnelly (2004), señalan que el liderazgo ha sido entendido y estudiado como rasgo individual, como conducta, como tipo particular de interacción social, como proceso de percepción o como proceso de influencia. Si se observa la evolución del concepto, se encuentra que las primeras definiciones de liderazgo y líder se centraban en el uso del poder y la autoridad; luego la atención se centró en los rasgos y las conductas, para posteriormente llegar al estudio de la relación entre líderes y seguidores en una situación específica.

El liderazgo es un conjunto de actitudes, conocimientos y capacidades que hacen al líder tan distinto del resto que inspira a quienes están alrededor, a seguirle tanto a él como a sus palabras y ejemplo. No obstante, el estudio de la evolución histórica permite determinar que no existe un grupo de características que definan universalmente el liderazgo, por cuanto las cualidades y habilidades que requiere el liderazgo vienen determinadas por el contexto.

Desde esta perspectiva, se destaca que el nuevo milenio ha transformado las prácticas de las organizaciones y con ello las habilidades y particularidades que el nuevo entorno empresarial demanda de los líderes. Las características requeridas en estos, señalan que deben poseer un perfil muy distinto del líder de hace varias décadas, cuyo patrón se ajustaba en mayor medida al control y la supervisión. Por cuanto, realmente es importante una formación profesional pertinente, al valorar y estudiar las características del tipo de liderazgo que debería plantearse para adecuar su dirección a los tiempos actuales, y dirigir en una época de cambios acelerados y continuos.

Es importante una propuesta de un liderazgo bajo enfoques emergentes transformacionales, emocionales, humanistas y carismáticos, que permitan trabajar también el aspecto afectivo, emocional, no perdiendo de vista la idea de cambio y de innovación, para lograr el ejercicio eficiente de la labor docente y con ello, la calidad en el servicio primordial que se presta a la sociedad.

De ahí se desprende que la evolución del concepto, características, cualidades y habilidades en el liderazgo a través del transcurrir del tiempo; refuerzan los cambios y transformaciones de negocios, industrias y sociedad de cada época, dando oportunidad al nacimiento de nuevos modelos integrativos, cuya base no puede negarse a la historia.

En razonamientos de Ilan (2008), el líder como toda persona, posee defectos y virtudes que debe conocer; esto implica mirar primero dentro de sí mismo, conocerse para luego entender a los demás y reflejar lo que quiere lograr, lo que busca alcanzar en el desempeño laboral de su personal para conseguir el éxito. En el caso de la gerencia en las organizaciones, también se necesita cambiar y, a través de este cambio, conseguir mejorar y desarrollarse, para lo cual se necesita un liderazgo adecuado.

Surge la disyuntiva sobre si el liderazgo puede enseñarse, por lo cual se trae a colación los señalamientos de Koontz (2003) quien dice que 80% del desarrollo en el liderazgo se deriva de la experiencia en el trabajo, mientras que el 20% restante puede adquirirse mediante estudio y capacitación.

Esta apreciación está directamente ligada a cada individuo; pero es innegable, la importancia que la capacitación en el centro de trabajo y la formación en el salón de clases vayan de la mano. En consecuencia; enseñanza, formación y desarrollo son acciones conjuntas dentro de esta temática. Las condiciones del entorno y las personas, también cambian las formas o estilos del liderazgo, el cual es determinante en la eficacia de las organizaciones. Por lo tanto el proceso de liderazgo es un aprendizaje continuo y un desarrollo progresivo.

El liderazgo se enseña, se imparte, debido a que se toma en cuenta las necesidades que existan en una organización, y todos los miembros que la integran se dan por enterados de éstas, se buscaría el consenso y el apoyo o ayuda de todos, se fomentaría la solución en equipo y cada uno aportaría ideas para dar respuesta a lo que allí acontece, tomando en cuenta las fortalezas y debilidades que existan y uniendo fuerzas para salir adelante ante cualquier adversidad.

El liderazgo de estos tiempos está muy ligado a los cambios en las sociedades y a los avances de las tecnologías, podríamos definirlo como transformacional el cual es uno de los estilos requeridos en los tiempos actuales para el gerenciamiento de organizaciones que aprenden; desde el cual se toma como variables dependientes las respuestas emocionales de los seguidores al trabajo, relacionado con el estímulo y la autoestima de los mismos, sus valores y la motivación para desempeñarse por sobre y más allá del llamado del deber, así como también la confianza y seguridad en los líderes. Por ello, el desempeño laboral del personal depende en gran parte del tipo de liderazgo de su gerente.

Por ello la acción gerencial está directamente ligada en la necesidad de efectuar cambios en conjunto para ser adaptados a un nuevo propósito, poniendo de manifiesto sus conocimientos, experiencia y su capacidad de evaluar acciones pasadas, presentes y futuras tomando en consideración los recursos disponibles, las relaciones con otros grupos, las normas establecidas y los objetivos planteados.

El líder deberá fomentar críticas, reflexiones, ser claro y directo al comunicarse, brindar una comunicación abierta y con respeto al expresarse; por lo cual deberá identificarse con un estilo de líder transformador, al perseguir de forma continua, valores que le permitan una actuación creativa en su alrededor.

A este punto debemos llegar a una idea clara de cómo debe ser el líder de los nuevos tiempos. El cual se menciona a continuación:

El líder debe tener compromiso, pasión y corazón. Han de utilizar su autoridad formal en aquellas situaciones en las que la solución de problemas puede ser abordada en situaciones de rutina. Su papel gira hacia estrategias de guías, mediadores y orientadores en los conflictos. Debe promover el pensamiento creativo e incentivar a sus asociados para que se dediquen a trabajar en los objetivos de manera excelente. Deben ser personas que entiendan la evolución tecnológica y su aplicación en la organización. Proactividad y la valoración del potencial de su gente. Facilitación del progreso del personal por medio del desarrollo y aprendizaje organizacional. Afrontar y adaptarse junto al equipo de trabajo, a los cambios y transformaciones constantes e incrementar una cultura de liderazgo compartido, comunitario, adaptativo y grupal.

Como se puede observar cada una de estas características o indicadores, encaminan el pensamiento hacia un conjunto de reflexiones concluyentes en cuanto a las cualidades personales que definen al líder eficaz de este milenio; las cuales pueden ser abordadas a través de tres dimensiones: El ser, el saber y el hacer.

Se considera, entonces, categóricamente que el liderazgo del nuevo siglo se ha de desarrollar en una dimensión de acciones en la que se encierren los valores culturales de la organización, el planteamiento ético en su relación con terceros y la responsabilidad con la sociedad; donde la perseverancia, coherencia, confianza y probidad sean los atributos más destacados del líder.

Por estas razones el líder debe aplicar un modelo de novedad, identificar los factores que generen desconfianza en la organización, reconocer los elementos que agregan valor y los que producen división en los procesos, motivar a los que con su actitud contribuyen al logro de los objetivos propuestos, creando una identidad de equipo delegando tareas para buscar un cambio favorable para todos

El liderazgo siempre requiere de alguien capaz de imaginar el futuro que no ha llegado pero que es posible construir entre todos, donde se pueda proponer nuevos escenarios para obtener mejores resultados, potenciando las capacidades y generando alternativas para aprovechar de la mejor forma la tecnología, lo cual le va a permitir abrir grandes oportunidades.

¿Cómo deberá perfilarse el líder en Venezuela?

El modelo gerencial tradicional venezolano se ha caracterizado por ser rígido, de tipo piramidal y centrado en el poder, con una posición inflexible en la toma de decisiones que estrangula la visión creativa, la automotivación, la actitud de compromiso y la responsabilidad hacia las exigencias del mercado.

Sin embargo, pareciera que los miembros que integran las organizaciones están comprendiendo que las empresas exitosas se caracterizan por apoyarse en un nuevo humanismo dirigido al talento humano, en donde la toma de decisiones sea irradiada por los equipos que conforman a la organización, Llano (1997).

Aquel gerente tradicional ya no está representado en aquella cúpula inalcanzable de la organización, sino por el contrario, el gerente actual debe formar parte de un equipo de colaboradores que realiza un trabajo inteligente, orientando hacia un camino de mayor productividad. Para tal razón, si se desea construir una organización exitosa, es necesario que el gerente comparta su poder y distribuya su liderazgo hasta los límites más apartados de la organización

El desarrollo del liderazgo en contextos de cambios constantes y acelerados como los actuales, se dirige hacia la eliminación de la configuración individualizada de esta actividad o función en las organizaciones y se encauza hacia tendencias emergentes de equipos capaces de abordar con creatividad e innovación las soluciones a los problemas que enfrentan en momentos de perplejidad y caos.

Por lo tanto es necesario un modelo de liderazgo emergente y del líder que se encara al nuevo milenio con atributos ante todo de gestor, facilitador de procesos adaptativos, que debe precisar y diferenciar entre el poder, la autoridad y la gerencia.

Por los tiempos que estamos viviendo en nuestro país es requerido en distintas áreas de influencia contar con la formación de líderes capaces de:

Llevar una vida equilibrada, de compaginar su actividad profesional con su faceta personal, familiar, social, etc. Demostrar a sus empleados que es perfectamente compatible una gran dedicación profesional con una rica vida privada. Con entusiasmo, la energía, la ilusión que exige el liderazgo sólo se consigue con una vida intensa, entretenida, variada. Una persona que sabe disfrutar de los placeres de la vida. De ahí que las características que engloba en forma general la persona que ha de asumir un liderazgo son:

Perseverancia, flexibilidad, autodominio, optimismo, prudencia, realismo, justicia, humanismo, accesibilidad, humildad, generosidad, cultura, inquietud, visionario, brillantez y acción, coraje, entusiasta y comunicador, convincente, negociador, capacidad de mando, exigencia, honestidad y cumplimiento, coherencia. Como vemos, son muchas características y exigencias no fáciles de conseguir en una sola persona pero que deben venir algunas innatas en la persona y otras ser de desarrolladas en base a la experiencia laboral y a la formación continua.

Los líderes venezolanos deberían elevar el valor intrínseco para el cumplimiento de los objetivos definidos en la visión y misión y en los objetivos organizacionales en función de los valores personales que representan.

En nuestro país, el liderazgo pareciera estar altamente correlacionado con la participación de los subordinados, debido que tiene una cultura arraigada que carece de la esencia de un liderazgo gerenciado, ya que su formación ideológica no ha roto los modelos tradicionales de desarrollo económico basados en la anarquía productiva y el capitalismo de Estado.

Desde estas perspectivas, las organizaciones postmodernas han empezado a marcar la diferencia con la aplicación de un liderazgo abierto; de allí surgen otras inquietudes: ¿Qué características definirán a los gerentes en el futuro en Venezuela?, ¿Estarán los gerentes venezolanos preparados para afrontar los cambios que les impone el ambiente, o por el contrario se resistirán a ellos?, ¿Entenderán que las organizaciones deben ser capaces de funcionar totalmente en el mundo de la información, del conocimiento y del uso de las tecnologías? o, ¿Comprenderán que las organizaciones requieren de un gerente que haga cumplir los objetivos organizacionales y lidere las estrategias para alcanzar sus objetivos?.

Es necesario un cambio de tendencias, ya que el rol del gerente/Líder actual debe tener un enfoque como un todo integral y complejo, porque de alguna forma, estos cambios de actitudes implican un nuevo paradigma humano con la readecuación de los valores y principios de la sociedad.

El nuevo líder/gerente debe aplicar un liderazgo el cual desarrolle las mejores actuaciones para trascender a los esquemas paradigmáticos actuales, y desenvolverse como un líder participativo manteniendo una visión orientada al trabajo colaborativo para prestar soluciones al trabajo en el equipo. Debe conservar y fomentar su capacidad de visión futurista e innovadora, con un accionar propio y autentico, que vaya más allá del cumplimiento de las metas y objetivos, con los conocimientos que requieren los nuevos paradigmas, además de ser, un buen estratega, emprendedor, creativo, un líder de cambio, seductor, persuasivo. Con una actitud transformadora, no circunscribiéndose en el establecimiento de un mero intercambio de recompensas con sus seguidores, sino que vaya en búsqueda de cambio de valores, actitudes y creencias en sus públicos.

Debe entender que en la actualidad la velocidad del cambio deja apenas el tiempo suficiente para acomodarse a él e innovar como una forma de ir un poco más allá. La coyuntura se presenta a menudo, cuando los seguidores esperan soluciones muchas veces fantásticas y milagrosas y el gerente/líder no tiene la respuesta a la mano pero, el actuar con inteligencia, prudencia y suspicacia pudiera lograr un autocontrol de las acciones subsanado la situación.

Por ello y para ir concluyendo el tema caso de estudio, Venezuela, atraviesa en la actualidad una difícil crisis política, económica y social que afecta a las organizaciones pero es igualmente cierto que su talento humano, por su capacidad intelectual, tiene todos los elementos necesarios no solamente para salir de esa crisis, sino para enrumbarse hacia un desarrollo deseable y sustentable justo dentro de este nuevo orden mundial que ha cambiado radicalmente.

El nuevo líder venezolano debe asumirse como un constructor de tareas para facilitar el desarrollo de las relaciones que mejoren los vínculos de fluidez en las organizaciones. Frente a una Venezuela emergente en la cual se agiganta la fuerza de un nuevo sector de pequeñas y medianas industrias se hace necesario el desempeño y la directriz de un gerente/líder.

Debe estar comprometido con la post-modernidad, debe tener una visión estratégica, una estructuración flexible, una capacidad de motivar el personal, un permanente apego a crear, desarrollar y administrar la cultura de la organización, Llano (1997). No bastará que tenga una visión de futuro sino que posea esa capacidad de articularla e imponerla, de ser persistente y paciente, de brindar estabilidad, de anticiparse a los problemas y las crisis, de establecer entre los miembros de la organización el compromiso y la participación en las decisiones.

El papel del gerente/líder venezolano en la actualidad deberá conducir a su empresa a un proceso de modelación y ejecución de una estrategia competitiva, con el sentido de desarrollar una amplia fórmula de cómo la empresa va a competir, cuáles deben ser sus objetivos y qué políticas serán necesarias para desarrollar esos objetivos; todo construido sobre el análisis de la estructura de un sector industrial y de la competencia.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

Canales, Carmelo. (2007). Liderazgo estratégico. Documento disponible en línea: http://www.vingest.com/pdf/Publicaciones/ArtVisionEstrategica.pdf , [Consulta: 2012, Enero, 28].

Gibson, Ivancevich y Donnelly (2004). Las organizaciones. Comportamiento, estructura, procesos. Editorial McGraw-Hill. Chile

Ilan, F. (2008). Liderazgo transformacional del gerente y su influencia en el desempeño laboral del docente en las escuelas básicas. Tesis de grado.. Cabimas. Estado Zulia.

Koontz, H. (2003) Administración una perspectiva global. México: Editorial Mac Graw Hill.

Llano, C. (1997). El Postmodernismo de la empresa. Mc Graw Hill

Márquez, J, (2009). La nueva gerencia y las transformaciones sociales: una nueva visión de las relaciones hombre-empresa. Venezuela: Horizonte.

Merlo, Pablo G., (s.f)., Modelo de liderazgo cooperativo, Disponible en: http://www.camaradeltabaco.com.ar/cdtra/notasabril.php?PHPSESSID=0589c660fff42ecf90afabdba249ba25&id=28&param=1, Consultado: Febrero, 08, 2012

Zamora, A. y Poriet, Y. (2006). El papel de los líderes y las nuevas tendencias del liderazgo en el siglo XXI. Revista Faces. Volumen XVII. Nº1. Documento disponible en línea: http://servicio.bc.uc.edu.ve/faces/revista/vol27n1/art%205.pdf


Liderazgo cooperativo como tendencia en las organizaciones formales

¿Cómo debe perfilarse el líder en Venezuela?

El liderazgo es un desafío en cualquier época, pero en tiempos de la globalización, la turbulencia de los cambios generados por la nueva economía multiplicó los interrogantes y las opciones de las empresas. Los líderes son hombres persiguiendo sus sueños, y por eso suelen ser inquietos, innovadores, apasionados y disciplinados, con el deseo de hacer lo que les gusta como premisa. Los líderes pueden encabezar grandes transformaciones, siempre que cuenten con un equipo capaz de acompañarlos, que usen su tiempo con inteligencia, que confieran a ese equipo la posibilidad de intercambiar impresiones con su jefe (incluso disentir con este) y de sentirse útil siendo parte de la tarea que están llevando a cabo.

Todo Líder tiene el compromiso de ser un Motivador. Sí, debe generar en su equipo los argumentos para que se cumplan los planes definidos. Y, justamente, definir el rumbo de la empresa y establecer objetivos y cursos de acción es la Misión del Líder. Un elemento motivador es lograr dirigir al equipo haciendo que todos los esfuerzos confluyan hacia los objetivos definidos, en lugar de dispersarse para el interés particular, sectorial. Esto es posible, entonces, si contamos con dos elementos:

• Una Planificación Estratégica, es decir, el Plan de Negocio,

• Con un liderazgo claramente definido en sentido cooperativo para alcanzar los resultados esperados. En un momento compartimos aquí mismo que “lo único permanente es el cambio” en nuestras empresas.

Organizaciones muy dinámicas, pero muy resistentes al momento de generar los cambios, claro, no desde la Dirección de la empresa, ya que la experiencia nos dice que la mayoría de los dueños son los primeros en intentar cambios en la organización... aunque no siempre resulten en acciones concretas.

La visión gerencial de este siglo ha cambiado, lejos han quedado el autoritarismo y la individualidad para dar paso a conceptos como la creatividad del grupo, la comunicación o el liderazgo. Esta nueva manera de pensar convierte al gerente en la persona actora y responsable de sus resultados. Para liderar es importante considerar la preparación de sus actores y los efectos de ellos en la organización, es importante la aplicación de métodos científicos que soporten los cambios en la visión. Al respecto se señala:

La formación gerencial ha tenido cambios graduales, desde Taylor hasta la actualidad, al extremo de que se han venido implementando teorías que han hecho posibles avanzar del método científico racional hacia las redes de cooperación interinstitucional. Los tejidos corporativos representados por la combinación de capacidades múltiples, conocimientos en diversas áreas y en fin de la simbiosis del líder-gerente en función al contexto en el cual se desenvuelva la organización. (Hernández, 2005, p.34)

Consideramos, que el gerente de hoy debe enfrentar la posibilidad de adaptarse o perecer ante los nuevos retos, adecuarse implicaría flexibilizarse, refiriendo esto la incorporación de nuevos enfoques y desechar métodos que ya no estén acordes con la realidad. En este sentido, Sánchez indica:

La conformación de un nuevo pensamiento gerencial emergente es una necesidad a gritos de esta civilización en detrimento, donde el nuevo posicionamiento global hace que los dominadores del planeta nos den las condiciones para que nos autodestruyamos y pensemos que no había otra salida. (Sánchez, 2007, 23).

Podemos afirmar, que dentro del discurso gerencial en primordial considerar la celeridad de ideas y situaciones vividas por la sociedad y sus individuos, así como el avance tecnológico y la permanencia del cambio, adaptación e innovación en el campo administrativo y gerencial.

Desarrollo

Actualmente en nuestro país, el liderazgo de cooperación constituye el un camino para la excelencia gerencial competitiva. Opino, que nuestra naturaleza humana se proyecta a todo tipo de relaciones sociales, haciendo necesario trabajar con los demás para progresar y triunfar. Se construye también sobre los valores y debe generar confianza pero también debe generar convicción. Para eso es fundamental el liderazgo cooperativo, donde debemos equilibrar confianza y convicción como principal tarea del liderazgo gerencial innovador sostenible en el tiempo y espacio organizacional.

En la medida que aumenta la madurez de los liderados, es posible ejercer un liderazgo mucho más centrado en la relación que en la tarea. El líder, goza de gran poder e influencia para conseguir modificar las normas grupales; pero al mismo tiempo es quien más debe regirse por ellas. El líder es quien más tiene que perder.

La organización venezolana se enfrenta actualmente, ante el desafío de la innovación; para lo que debemos movilizar a los mejores y, sobre todo, necesitamos trabajar en cooperación para alcanzar el éxito. Muchos de los cambios que presentan las organizaciones venezolanas, son dado la constante dinámica de comportamiento de la dirección de mas mismas y en especial de la toma de decisiones, mancomunada con los recursos disponibles para su fin. Al respecto el Dr. Márquez, manifiesta: “En las empresas los gerentes se enfrentan también a realidades sistemáticas, tales como: la administración de recursos físicos y gestión humana, donde aparecen relaciones interdependientes de sistemas psicosociales asociados con variables económicas y comportamiento organizacional” (Márquez, 2009, p.30).

Esto permite contar con una visión diferente de la forma de liderar las organizaciones y a la vez produciendo una sustitución de paradigmas, tomando en cuenta otras perspectivas o enfoques integrales, como sería el caso de la gerencia por proyecto. Precisamente, la clave para la gerencia está en aplicar herramientas modernas gerenciales que le permitan obtener resultados, a fin de que los productos y servicios se adapten o satisfagan las necesidades.

Precisamente, la clave para el nuevo liderazgo cooperativo está en aplicar herramientas modernas gerenciales que le permitan obtener resultados, tomando en cuenta la innovación, la creatividad y el liderazgo compartido hasta hacer de esto una cultura organizacional.

A nivel general, podemos agregar que, si se pretendiese motivar a ciertos participantes de una organización; colectivamente debe buscar satisfacer los objetivos para alcanzar la meta, sino también que quienes participan en este sistema complejo se encuentren directamente en la acción y reacción (beneficios) con el fin de también fortalecer y lograr sus objetivos individuales. Obteniendo una eficaz integración entre las metas del grupo humano y la meta de la organización. Antes esta situación es necesario conocer el rol del líder según los siguientes autores: John, Gardner. (1990), considera que:

"Los líderes tienen un rol significativo en la creación del estado mental que es la sociedad. Pueden servir como símbolos de la unidad moral de la sociedad”. Pueden expresar los valores que mantienen unida a la sociedad. Y lo más importante, pueden concebir y articular objetivos que saquen a las personas de sus preocupaciones baldías y las pongan por encima de los conflictos que desgarran la sociedad, y las unan en la búsqueda de objetivos que sean dignos de sus mejores esfuerzos. (pág. 223).

Según el autor sitúa que el Liderazgo es el proceso de persuasión por el cual un líder induce a un grupo de personas para lograr objetivos específicos. No se debe confundir liderazgo con status, poder o autoridad. El liderazgo debe ser institucionalizado y requiere generalmente un equipo. El liderazgo esta disperso en organizaciones y sociedades complejas. Los lideres y sus seguidores deben de participar en la acción. Se debe compartir el liderazgo, los miembros del grupo deben ayudar a conseguir los objetivos propuestos.

Chiavenato, I. (1993), destaca lo siguiente: "Liderazgo es la influencia interpersonal ejercida en una situación, dirigida a través del proceso de comunicación humana a la consecución de uno o diversos objetivos específicos. (pág. 132).

Rallph, S, citado en Freeman, E. (1995), en su resumen de teorías e investigación del liderazgo, señala que "existen casi tantas definiciones del liderazgo como personas que han tratado de definir el concepto. Aquí, se entenderá el liderazgo gerencial como el proceso de dirigir las actividades laborales de los miembros de un grupo y de influir en ellas. Esta definición tiene cuatro implicaciones importantes.

En primer término, el liderazgo involucra a otras personas; a los empleados o seguidores. Los miembros del grupo; dada su voluntad para aceptar las órdenes del líder, ayudan a definir la posición del líder y permiten que transcurra el proceso del liderazgo; sino hubiera a quien mandar, las cualidades del liderazgo serían irrelevante.

En segundo el liderazgo entraña una distribución desigual del poder entre los líderes y los miembros del grupo. Los miembros del grupo no carecen de poder; pueden dar forma, y de hecho lo hacen, a las actividades del grupo de distintas maneras. Sin embargo, por regla general, el líder tendrá más poder.

El tercer aspecto del liderazgo es la capacidad para usar las diferentes formas del poder para influir en la conducta de los seguidores, de diferentes maneras. De hecho algunos líderes han influido en los soldados para que mataran y algunos líderes han influido en los empleados para que hicieran sacrificios personales para provecho de la compañía. El poder para influir nos lleva al cuarto aspecto del liderazgo.

El cuarto aspecto es una combinación de los tres primeros, pero reconoce que el liderazgo es cuestión de valores. James MC Gregor Burns argumenta que el líder que para por alto los componentes morales del liderazgo pasará a la historia como un malandrín o algo peor. El liderazgo moral se refiere a los valores y requiere que se ofrezca a los seguidores suficiente información sobre las alternativas para que, cuando llegue el momento de responder a la propuesta del liderazgo de un líder, puedan elegir con inteligencia. (pág. 362).

Cabe señalar que aunque el liderazgo guarda una gran relación con las actividades administrativas y el primero es muy importante para la segunda, el concepto de liderazgo no es igual al de administración. Warren Bennis, al escribir sobre el liderazgo, a efecto de exagerar la diferencia, ha dicho que la mayor parte de las organizaciones están sobres administrados y sublidereadas. Una persona quizás sea un gerente eficaz (buen planificador y administrador) justo y organizado-, pero carente de las habilidades del líder para motivar. Otras personas tal vez sean líder eficaces – con habilidad para desatar el entusiasmo y la devolución --, pero carente de las habilidades administrativas para canalizar la energía que desatan en otros. Ante los desafíos del compromiso dinámico del mundo actual de las organizaciones, muchas de ellas están apreciando más a los gerentes que también tiene habilidades de líderes.

En la actualidad podemos decir, para una organización inteligente u organización en aprendizaje, los lideres son diseñadores, guías y maestros. Son los responsables de construir una organización donde la gente constantemente expanda sus capacidades para entender la complejidad de la realidad, aclarar la visión personal y empresarial y mejorar los modelos mentales compartidos. Son asimismo, responsables de diseñar mejores procesos de aprendizaje por medio de los cuales la gente pueda enfrentar de manera productiva las cuestiones o situaciones críticas a las que se enfrenta y desarrollar la maestría en las cinco disciplinas.

El Enfoque Sistémico es la disciplina en la que se integran varias ciencias del comportamiento humano como: la sociología, la psicología y la antropología y que trata de resolver las cuestiones del liderazgo en las organizaciones, cómo motiva el líder a sus subordinados, qué factores deciden en un liderazgo efectivo, cuáles pueden ser las fuentes de conflicto en una organización, cómo influye la actuación del líder sobre los individuos, entre otros.

Los gerentes o líderes efectivos, no necesitan controlar la totalidad de lo que se decide y se lleva a cabo en cada sector o subsistema. De lo contrario nunca llegarían a terminar de analizar y resolver el primer problema que se les plantee. Lo que se espera de su liderazgo es la asignación de roles, definir capacidades y objetivos. O sea, deberían interiorizarse solamente de los problemas más importantes y generales delegando autoridad y escuchando la opinión de sus subalternos en la solución de problemas puntuales que escapan a su control y posibilidades.

Liderazgo cooperativo

Un Liderazgo cooperativo es aquel que coordina la organización de la actividad de su equipo especificando las tareas a realizar, los requerimientos, comunica claramente y en el momento adecuado las pautas y colabora ante las dificultades que surgen buscando las soluciones entre sus empleados, reorganizando las funciones y tareas frente a los cambios que se suceden.

Pero es también el que apoya y motiva a su gente frente a la tarea bien hecha. Conoce lo que más entusiasma a sus “jugadores” y lo aplica, ó convierte en aprendizaje los errores cometidos. Es aquel que media en los conflictos para generar un ambiente de trabajo basado en la cooperación

El líder cooperativo involucra a su gente en el Plan de negocio y asigna las funciones teniendo en cuenta las capacidades individuales para potenciar el desarrollo grupal. El líder cooperativo es aquel que ejerce un modelo de credibilidad y confianza para que el grupo se desarrolle con la identidad y el compromiso con la organización. El líder cooperativo es aquel que delega bajo su supervisión para desarrollar a su equipo a través de un aprendizaje. El líder cooperativo es aquel que tiene la capacidad de generar un modelo que comunica como visión de futuro a su grupo en concordancia con el proyecto de la empresa y los planes de trabajo.

Pasos de un líder cooperativo

Los antiguos directivos que antes controlaban cada aspecto de su empresa y micro manejaban a sus empleados, tendrían pocas oportunidades de sobresalir en el mundo laboral de hoy en día. Actualmente, la nueva forma de ser un buen manager es a través del liderazgo cooperativo, apunta Sean Silverthorne, escritor de CBS MoneyWatch.

Según el especialista, un líder de este tipo es el que tiene una fuerte inteligencia emocional, esta conectado a diferentes redes de contactos y que conduce gracias a la autoridad que le conceden sus propios empleados y colaboradores, más allá de la posición de un organigrama. Silverthorne apunta que los líderes actuales deben ser capaces de aprovechar ideas provenientes de diferentes fuentes y poder cambiar las estrategias de negocios cuando estás apunten a nuevas oportunidades.

Según artículo del Harvard Business Review publicado por Hermina y Morten (2011), indica que para ser un líder de este tipo se deben seguir cuatro pasos fundamentales dentro de la organización.

1. Conectar ideas y personas afuera de la organización con los elementos dentro de la empresa: este tipo de líderes debe buscar una conexión global a través de diferentes modelos de trabajo. Debe buscar unificar la labor de empleados, clientes, líderes de opinión y sus pares en otras industrias para fortalecer la sabiduría corporativa de su empresa. Es decir, debe desarrollar una red de contactos o networking afuera de las zonas típicas, como clubes locales, asociaciones industriales, etcétera, y aprovechar las herramientas tecnológicas que existen.

2. Aprovechar diversos talentos: según Harvard Business Review, los equipos con miembros provenientes de diferentes extractos sociales suelen ser más efectivos que los que se nutren con personas provenientes de una sola fuente. El trabajo de un líder colaborativo es identificar el talento humano que puede funcionar en diferentes contextos, razas, religiones, culturas y edades para nutrir la visión de su empresa.

3. Colaboración desde lo alto: un buen liderazgo de este estilo debe comenzar con la alta dirección. Según la publicación de Herminia Ibarra y T. Morten Hansen, los empleados que ven que sus jefes están dispuestos a trabajar con diferentes facciones del negocio suelen estar más dispuestos a colaborar ellos mismos.

4. Evitar que los equipos se dividan por el debate: según los autores, un riesgo de este tipo de liderazgo es caer en juntas excesivas que no lleven a ningún lado. Una de las claves que los especialistas ofrecen para evitar las discusiones eternas entre diferentes facciones de una empresa es otorgar derechos de decisión claros y responsabilidades en miembros de los equipos que puedan dar una conclusión correcta a un debate.

El entorno del líder cooperativo de hoy

El liderazgo cooperativo del siglo XXI implica una alta capacidad para actuar en una época de cambios rápidos y repentinos, en los siguientes ámbitos: social, económico y empresarial de organizaciones complejas, incluidas las cooperativas. El líder de este tiempo tiene que actuar en un entorno pleno de valores contradictorios, confusiones y conflictos. Un medio donde la tecnología avanzada cambia los sistemas de prestación de servicios financieros y la forma de mercadearlos para a su vez, obligar a un cambio de productos, y muchos sistemas y procedimientos administrativos. El dirigente cooperativista debe desenvolverse (sin perder la brújula de la ideología solidaria y de servicio empresarial) en un mundo anti solidario, violento y neoliberal, propenso al monopolio, a la concentración de la riqueza y a la competencia despiadada.

Tanto el dirigente como el funcionario deben actuar en una sociedad de gran corrupción tanto en el nivel oficial como privado, donde cada día se acepta más el enriquecimiento fácil y aun ilícito. Un medio corrupto que por una parte registra el robo de cuello blanco, el soborno, el peculado y la exigencia de pago, por cumplir con tareas propias de la función de cada uno; pero que por otra parte y debido a la desconfianza que genera la corrupción, escudriña al dirigente, desconfía del líder y lo esculca hasta en su vida privada. Para sobrevivir en este mundo, tanto la empresa como el dirigente, requieren de flexibilidad, adaptabilidad, entereza y a la vez una dureza diamantina para mantener la doctrina, la ética y los valores de la cooperación.

Los cambios que se están dando en el medio, según Naisbitt (en Bennis y Nanus) son los siguientes: El mundo económico de ésta década es también el mundo de las aperturas, y de la desregulación. Por lo tanto es un mundo de muchas oportunidades las cuales estarán abiertas a los líderes audaces y capaces, y no a los dirigentes sentados sobre el pasado o sobre un presente sin futuro. El dirigente debe estar alerta sobre el mercado, no solo del presente, sino también del próximo futuro. Además deberá definir en qué mercados quiere y debe estar, y tomar las decisiones para posicionar a la cooperativa en el mercado apropiado.

El líder cooperativo del siglo XXI

El líder cooperativo del próximo futuro debe ser ante todo joven de corazón y de ideas. Es decir lleno de vigor, de idealismo y de espíritu de renovación. La persona joven de corazón y de ideas, no se distingue por sus años, sino por su capacidad de inyectar entusiasmo y de transformar, constructivamente, las instituciones a su paso.

No es el joven o viejo que toma asiento por obra de los resultados electorales o políticos en los puestos de los dirigentes formales o de los venerables. Es aquel que siendo o no nombrado, elegido o no, hace circular sus ideas y su fortaleza, siempre construyendo, siempre sembrando entusiasmo, amor y eficiencia. El líder cooperativo para el siglo XXI trabaja por un ideal y una causa: el ser humano, hombre o mujer.

Su interés es solidario, servir a la persona, ayudar a desarrollarse en todas sus potencialidades, empezando por su liberación económica para que pueda atender a su autorrealización afectiva, sensorial, intelectual, estética y ética. Su meta no es el dinero, el lucro, ni el acrecentamiento de su capital personal, sino la persona humana y sus potencialidades. En la concepción de la economía, se alimenta continuamente de una ideología humanista, trabajando porque ésta sea de servicio solidario, y no de explotación.

El dirigente solidario, movido por la mística, que no por las posiciones, simplemente trabaja con dedicación permanente, pues sabe que no basta el amor teórico a las ideas, ni se necesitan nombramientos para dedicarse a una causa. Trabaja, por lo tanto, en cualquiera y en todas las posiciones: como peón de brega, como mando medio, como dirigente aunque haya pasado ya por voluntad o por la imposición electoral, de las posiciones cumbres o los liderazgos nominales, a la condición de veterano.

El liderazgo cooperativo no es de los ungidos por el voto electoral, es de los convencidos y los consagrados por su propia eficiencia y dedicación. Nuestro líder referente, es sólido como una cordillera, pues el aire renovador de sus cumbres no se alimenta de veleidades, ni es huracán devastador. Su perenne juventud no se distingue precisamente por atropellar a otros líderes, ni por auto consagrarse como redentor, destruyendo el pasado institucional. Al contrario usa el cimiento del pasado para hacer más sólida y más airosa su organización cooperativa. Sabe construir sobre la continuidad sustancial, los nuevos delineamientos renovadores.

Nuestro Dirigente es un humanista: cree en la persona como más importante que el capital. Reconoce la unicidad del individuo, su capacidad de autodirección y desarrollo, respeta la subjetividad y por lo tanto los derechos humanos en el pleno sentido de la palabra; es decir el derecho a ser uno mismo, a atender a sus necesidades con base a su propia organicidad y experiencia y no a los deberías impuestos desde afuera. Respeta además el derecho a las creencias religiosas y políticas diversas, el derecho al placer sin distingos de género ni de gustos sexuales, el derecho a la libertad política y a la satisfacción básica de las necesidades de supervivencia para todos.

Crea también las condiciones de aceptación, respeto y congruencia que permita a cada uno activar su tendencia a la realización de sus potencialidades positivas. Es humanista y por eso práctica y no solo predica la neutralidad religiosa, el respeto a las opiniones políticas y a la vida privada de cada uno de sus colegas, socios o compañeros.

El cooperativista es proselitista puesto que derrama como llama ardorosa sus convicciones, contagia su ideología, busca atraer a otros a la causa cooperativa. Es un apóstol de esta concepción humanista y democrática de la economía, de la empresa y de la propiedad. Además de todas estas condiciones nuestro dirigente debe ser empresario al menos en el sentido de entender el papel de sus funcionarios, sus directivos y la naturaleza empresarial de nuestra organización.

Los máximos dirigentes deben tener auténtica mentalidad empresarial, conciencia del objetivo económico de la organización, máxima conciencia de costos y rendimientos, claridad sobre los objetivos de su actividad y sentido de la oportunidad y de la organización administrativa. Los otros líderes a cualquier nivel deben al menos entender y aceptar la naturaleza y los objetivos empresariales de las Cooperativas.

¿Cómo debe perfilarse el líder en Venezuela?

El líder debe ser capaz de llevar una vida equilibrada, de compaginar su actividad profesional con su faceta personal, familiar, social, etc. Debe demostrar a sus empleados que es perfectamente compatible una gran dedicación profesional con una rica vida privada. El entusiasmo, la energía, la ilusión que exige el liderazgo sólo se consigue con una vida intensa, entretenida, variada.

El líder es una persona que sabe disfrutar de los placeres de la vida. Perseverante: las metas que fija el líder son difíciles de alcanzar y tan sólo con un esfuerzo sostenido se pueden lograr. Flexible: las circunstancias son cambiantes, lo que hoy vale puede que no valga mañana, los colaboradores tienen sus propios criterios y en ocasiones pueden ser más acertados que los del líder.

Un auténtico líder no teme que por cambiar su punto de vista o por aceptar la opinión de un subordinado esté dando muestras de debilidad. Todo lo contrario, proyectaría una imagen de persona abierta, dialogante, flexible, pragmática, que contribuiría a aumentar su prestigio entre los colaboradores. Autodominio: el líder es el referente del equipo, debe ser capaz de controlar sus emociones, especialmente en los momentos delicados; no puede mostrar su abatimiento ante un suceso negativo (si él cae, la organización se derrumba). El líder tiene que ser una persona fuerte, capaz de mostrar serenidad e infundir tranquilidad en los momentos más difíciles.

El líder determina en gran medida el estado de ánimo de la organización. Si el líder se muestra optimista, animado, con energía, la plantilla se contagiará de este estado. Si por el contrario, se muestra pesimista, desanimado, preocupado (y lo manifiesta), el ánimo de la organización se hundirá. Prudente: aunque el líder sea una persona que asume riesgos, no por ello deja de ser prudente.

Es el último responsable de la empresa; el bienestar de muchas familias depende de él, por lo que no se puede permitir el lujo de actuar de manera irresponsable. El líder conoce los puntos fuertes y las debilidades de su organización, respeta a sus adversarios, asume riesgos controlados tras un análisis riguroso. El líder tiene que luchar contra el endiosamiento, entendido como un exceso de autosuficiencia que le puede llevar a perder la prudencia. Realista: el líder está siempre con los pies en el suelo, sabe compaginar su visión del largo plazo con el día a día, conoce las dificultades que conllevan sus objetivos, el esfuerzo que exige a los empleados. También conoce sus propias limitaciones.

Justo: el líder debe ser (y parecer) una persona justa, tanto en la exigencia como en el reconocimiento, y debe preocuparse porque la organización así lo perciba. El líder debe reconocer los aciertos y fallos de sus colaboradores de manera objetiva, debe ser igual de exigente con todos y ecuánime en las recompensas. Humano: el líder es una persona cercana, próxima, cálida, comprensible. Esta cualidad es básica lograr no sólo el respeto del equipo, sino también su aprecio.

Accesible: el líder tiene que ser una persona accesible para su equipo, tiene que estar disponible para cualquier empleado de la empresa que tenga algo que decirle. Humilde: la humildad implica reconocer las propias limitaciones, saber escuchar y pedir consejos, reconocer los errores que uno comete y los aciertos de los demás. La humildad no es síntoma de debilidad, sino de persona realista, con los pies en la tierra. La humildad ayuda a ganar el respeto del equipo. Generoso: la generosidad es fundamental en todo líder. Los empleados han depositado en él su confianza, pero además de interesarles el futuro de la empresa, les preocupa su situación personal.

Culto: El líder debe preocuparse por desarrollarse personalmente, por alcanzar un elevado nivel cultural. Inquieto: el líder es una persona inconformista, que le gusta indagar, aprender de la gente. Esta inquietud le lleva a estar permanentemente investigando nuevas alternativa, a ir por delante del resto.

Con sentido del humor: el humor es fundamental en la vida, siendo especialmente útil en los momentos de dificultad. Optimista: el optimismo es contagioso, se expande al resto de la organización. El optimista es una persona que no teme las dificultades, que ve los obstáculos perfectamente superables; esto le lleva a actuar con un nivel de audacia que le permite alcanzar algunas metas que una persona normal ni siquiera se plantearía.

En buena forma física: el líder tiene que cuidarse, llevar una vida sana, hacer deporte, cuidar su alimentación, descansar. Es la única forma de poder rendir al 100% en el trabajo. Visionario: el líder se caracteriza por su visión a largo plazo, por adelantarse a los acontecimientos, por anticipar los problemas y detectar oportunidades mucho antes que los demás.

Persona de acción: el líder no sólo fija unos objetivos exigentes sino que lucha denodadamente por alcanzarlos, sin rendirse, con enorme persistencia, lo que en última instancia constituye la clave de su éxito. Brillante: el líder sobresale sobre el resto del equipo, bien por su inteligencia, bien por su espíritu combativo, bien por la claridad de sus planteamientos, etc., o probablemente por una combinación de todo lo anterior. Coraje: el líder no se amilana ante las dificultades; las metas que propone son difíciles (aunque no imposibles), hay que salvar muchos obstáculos, hay que convencer a mucha gente, pero el líder no se desalienta, está tan convencido de la importancia de las mismas que luchará por ellas, superando aquellos obstáculos que vayan surgiendo.

Contagia entusiasmo: el líder consigue entusiasmar a su equipo; ellos perciben que las metas que persigue el líder son positivas tanto para la empresa como para los empleados. Gran comunicador: otra cualidad que caracteriza al líder son sus dotes de buen comunicador, habilidad que le va a permitir "vender" su visión, dar a conocer sus planes de manera sugerente. Convincente: el líder es persuasivo; sabe presentar sus argumentos de forma que consigue ganar el apoyo de la organización.

Gran negociador: el líder es muy hábil negociando. La lucha por sus objetivos le exige negociar continuamente, tanto dentro de la empresa, como con clientes, proveedores, entidades financieras, accionistas, etc. Capacidad de mando: el líder debe basar su liderazgo en el arte de la convicción, pero también tiene que ser capaz de utilizar su autoridad cuando sea necesario.

Exigente: con sus empleados, pero también, y muy especialmente, consigo mismo. La lucha por unas metas difíciles requiere un nivel de excelencia en el trabajo que tan sólo se consigue con un alto nivel de exigencia. Carismático: si además de las características anteriores, el líder es una persona carismática, nos encontraríamos ante un líder completo. Honestidad: unos elevados valores éticos son fundamentales para que el liderazgo se mantenga en el tiempo y no se trate de un simple impulso pasajero.

Cumplidor: el líder tiene que ser una persona de palabra: lo que promete lo cumple. Es la única forma de que el equipo tenga una confianza ciega en él. Coherente: el líder tiene que vivir aquello que predica.

Conclusiones

Cada vez más las organizaciones con o sin fines de lucro, buscan afanosamente incorporar líderes a sus causas. Implícita o tácitamente, buscan al menos que los candidatos cubran siete cualidades básicas: capacidad técnica; inteligencia social o habilidad para motivar; entender y conducir a la gente; experiencias en la dirección de personas hacia objetivos o proyectos, caminos ya recorridos; saber en qué momento actuar, cuando no hacer nada, y cuando hacerlo todo, o cuando sólo una parte, lo que implica también la habilidad para decidir cuál es la persona correcta en quien apoyarse; capacidad de juicio, y finalmente carácter. Ya en el trabajo diario, la pérdida de la capacidad técnica, no siempre se traduce en carencia de liderazgo, y resultan determinantes, los aspectos de juicio y lo relativo al carácter. No obstante, cada vez cobra mayor relevancia, la responsabilidad que asume el líder de educar a otros, que en ocasiones llega a oscurecer otras cualidades.

Esto se debe a que aprender a ser líder, es virtualmente el mismo proceso que lleva a hacer de una persona alguien integrado y saludable. Ello significa, que cuando hablamos de "desarrollo de líderes" inevitablemente, nos referimos al crecimiento interior y la transformación individual, de manera que para formar líderes, primero hay que formar personas, para lo cual se necesitan maestros, entrenadores (coach) o capacitadores, y que mejor que sean los propios líderes quienes se hagan cargo de la formación de más líderes. Para ser un líder que forme líderes, el primer requisito es saber escuchar y poder encontrar a las verdaderas personas más allá de las apariencias. Por su parte el aprendiz de líder debe tener la ambición o la convicción de querer llegar a ser un verdadero líder.

Así como se aprende a nadar, nadando. También se aprende a ser líder liderando; pero no es la única manera de aprender, también existen otras fuentes de aprendizaje, la enseñanza individual y la que deriva del entorno organizacional o social. No obstante, un líder sin valores es un líder vacío, que más tarde o más temprano dejará de serlo, su permanencia está estrechamente relacionada con los fines que persigue, con los valores que lo sustentan, en su capacidad de, a su vez formar líderes; de que sus seguidores no se hagan dependientes o adictos a su liderazgo, y que ellos mismos se conviertan en líderes. Así el líder a la larga se convierte en líder de líderes.

En este contexto, la fuente de aprendizaje más valiosa del líder está en la retroalimentación directa, y en pedir a otros que evalúen su actuación, o solicitar consejos u opinión. Estos no son signos de debilidad, por el contrario, son elementos que fortalecen al líder y a su liderazgo. No hay que olvidar que lo que es bueno para la persona lo será también para el líder, en virtud de que aprender a ser un líder efectivo, no es diferente de aprender a ser una persona de éxito.

Opinamos, que la comunicación es fundamental para el trabajo en equipo. El líder debe mantener una comunicación eficiente de su misión, los objetivos, los resultados y las recompensas. Para que la química de equipo funcione debe haber un “mix” cierto de capacidades. Un líder necesita de ser un buen comunicador, pues la comunicación es como piedra angular de toda organización determinada a cumplir sus objetivos de manera efectiva. La comunicación desempeña un papel de primordial importancia en la creación, mantenimiento y cambio en la cultura e identidad corporativa de la organización. Sin comunicación no podrá existir organización.

Un buen líder es además un gran comunicador organizacional. El hace un gran esfuerzo de manejo creativo de las relaciones humanas, para que así con este intercambio se cumplan los objetivos organizacionales. El deberá no sólo hacer una buena comunicación en el seno da organización, sino también una buena comunicación hacia el exterior. Este primordial este círculo de comunicación, y ahí que el líder no deberá fallar.

Un líder como “comunicólogo” mantiene un vínculo muy fuerte entre el personal de línea y de dirección, es decir efectúa una comunicación en doble sentido. Lo que es más importante es que si un comunicador no tiene liderazgo, no puede ser un comunicador en la empresa. El líder-comunicador es aquél que sabe dialogar en tiempo de crisis. Sabe comunicar para obtener respuestas, para encontrar soluciones para los problemas que surgen. Hay que destacar como un líder sabe llevar a cabo con eficiencia los procesos de comunicación con todos los miembros de la organización. Así, consigue cumplir los objetivos a que se propone. Comunicación - liderazgo o liderazgo - comunicación, dos papeles que ocupan un importancia central en el seno de la organización. Si está existe necesita de los dos: comunicación para sobrevivir, liderazgo para competir.

El desarrollo del liderazgo en contextos de cambios constantes y acelerados como los actuales, se dirige hacia la eliminación de la configuración individualizada de esta actividad o función en las organizaciones y se encauza hacia tendencias emergentes de equipos capaces de abordar con creatividad e innovación las soluciones a los problemas que enfrentan en momentos de perplejidad y caos. En este sentido, este ensayo se enfoca en resaltar la idea de un modelo de liderazgo emergente y del líder que se encara al nuevo milenio con atributos ante todo de gestor, facilitador de procesos adaptativos, que debe precisar y diferenciar entre el poder, la autoridad y la gerencia.

1. El liderazgo es un asunto de compromiso, pasión y corazón.

2. Los líderes han de utilizar su autoridad formal en aquellas situaciones en las que la solución de problemas puede ser abordada en situaciones de rutina.

3. La autoridad informal se debe utilizar en situaciones perturbadoras.

4. El papel del líder gira hacia estrategias de coaches, guías, mediadores y orientadores en los conflictos.

5. La finalidad del liderazgo se relaciona con las actividades que promueven los líderes de estimular el pensamiento creativo y de incentivar a sus asociados para que se dediquen a trabajar en los objetivos de manera excelente.

6. Los líderes del siglo XXI deben ser personas que entiendan la evolución tecnológica y su aplicación en la organización.

7. Como atributos importantes en el líder actual, se encuentra la proactividad y la valoración del potencial de su gente.

8. Facilitación del progreso del personal por medio del desarrollo y aprendizaje organizacional.

9. Afrontar y adaptarse junto al equipo de trabajo, a los cambios y transformaciones constantes.

10. Incrementar una cultura de liderazgo compartido, comunitario, adaptativo y grupal.

Referencias

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viernes, 10 de febrero de 2012

El liderazgo cooperativo como una nueva tendencia en la organización formal

Antes de adentrarnos en el tema debemos comprender el término cooperativismo desde el punto de vista conceptual. Dicho tiene en su base unos principios que son tan antiguos y constantes como la propia humanidad: Apoyo mutuo, respeto a la dignidad humana, prioridad del hombre sobre valores materiales, el trabajo como motor de creación de riqueza y la educación como palanca de superación y perfeccionamiento colectivo e individual.

En nuestro presente es cuando podemos diseñar el futuro deseado, el de nuestra empresa, el de nuestra sociedad. Son las acciones que hoy tomamos (o que dejamos de tomar) las que definen el futuro que tendremos, y en qué parte de ese futuro estaremos. Así, es imperioso contar con un diagnóstico real del presente y sus tendencias, para gestionar adecuadamente este presente.

El cooperativismo y una relación económica armoniosa entre las asociadas deben convertirse en una opción alternativa entre otros modelos de desarrollo que también deben existir, pero no como un monopolio de nuestra voluntad.

Si hablamos de una empresa, una organización, cualquier tipo, tiene que abordar el futuro bajo la premisa de que su campo de juego no se encuentra en la sociedad de la información del presente, sino de la Sociedad de la Información del presente en adelante (futuro). Por qué traemos esto a colación en este preámbulo al tema?. Es porque ello nos lleva a esa nueva vanguardia denominada la Sociedad de la Innovación. Contando con la tecnología y el conocimiento, hagamos del valor de la “cooperación” el desencadenante de la nueva revolución.

Un reto más difícil, más apasionante, que nos enfrenta a nosotros mismos. Porque la tecnología y el conocimiento se pueden comprar, pero la cooperación no tiene precio. Ese desafío, de pasar de administrar cosas a gestionar el caos, sólo se puede superar de la mano de una cultura empresarial basada en la innovación permanente, en este punto es cuando encontramos la simbiosis entre cooperativismo e innovación.

La cooperación constituye el otro motor de la innovación competitiva. Está en la base de toda evolución porque no existe sistema cerrado que pueda evolucionar y no degenerar. Nace desde lo más íntimo de la naturaleza humana y se proyecta a todo tipo de relaciones sociales y económicas. No existe evolución sin aceptar la existencia del otro, sin reconocer la riqueza de la diversidad y la necesidad de trabajar con los demás para progresar. Para eso es fundamental el liderazgo cooperativo. Un liderazgo que sólo se basa en la confianza en el líder. Un supuesto liderazgo que sólo se alimenta de convicción pura y dura sin asomo de confianza deviene en parálisis. Equilibrar confianza y convicción es la principal tarea del liderazgo innovador sostenible en el tiempo.

Las organizaciones, que es lo que nos compete en este tema se enfrentan, así, ante el desafío de la innovación. Para afrontar el desafío debemos movilizar a los mejores y, sobre todo, necesitamos remar, remar en cooperación, porque el desafío de la innovación se gana centímetro a centímetro, juntando los centímetros de cada uno, en una tarea común. Lo realmente apropiado es tomar este concepto, la innovación, como apoyo para plantear la relación tecnología más conocimiento más cooperación como motores para el logro del éxito.

El liderazgo cooperativo es un estilo al igual que existen otros como: el faire, el caritativo y el autoritario. El que nos compete para este ensayo es el cooperativo el cual presente ciertas características que lo convierte en el destacado por los líderes que lo usan para que en situaciones específicas se reaccione según las necesidades inter-personales, cooperación, motivación respectivamente del rendimiento, pensamiento ganar–ganar. Permite involucrar a sus colaboradores en el proceso de resolver problemas relacionados a hechos y personales.

Los líderes pueden, a través de su aplicación, tener una clara idea sobre lo que quieren y permite buscar nuevas ideas. Lo que a su vez redunda en respetar las prioridades de una situación y buscar las causas de los problemas para de esta forma influir en el logro de sus objetivos mejorando el clima laboral y las necesidades de sus colaboradores.

El Liderazgo Cooperativo es ejercido por una personalidad directiva con elevadas capacidades de motivación, gestión del futuro y conducción de equipos de trabajo. El líder cooperativo cohesiona profesionales bien capacitados con los que crea un proyecto simple, de estructura ligera y enfocada a resultados. El papel social del líder cooperativo es el de líder de líderes.

Por medio de su aplicación se puede coordinar la organización de las actividades de un equipo especificando las tareas a realizar, los requerimientos, comunicando claramente y en el momento adecuado, las pautas para colaborar ante las dificultades que surgen buscando las soluciones entre sus empleados, reorganizando las funciones y tareas frente a los cambios que se suceden.

Pero es también el que apoya y motiva a su gente frente a la tarea bien hecha. Conoce lo que más entusiasma a sus colaboradores y lo aplica, o convierte en aprendizaje los errores cometidos. Es aquel que media en los conflictos para generar un ambiente de trabajo basado en la cooperación. En pocas palabras, nvolucra a su gente en el Plan de negocio y asigna las funciones teniendo en cuenta las capacidades individuales para potenciar el desarrollo grupal.

Delega bajo su supervisión para desarrollar a su equipo a través de un aprendizaje. Tiene la capacidad de generar un modelo que comunica como visión de futuro a su grupo en concordancia con el proyecto de la empresa y los planes de trabajo. Ejerce un modelo de credibilidad y confianza para que el grupo se desarrolle con la identidad y el compromiso con la organización.

Gracias a su aplicación los líderes obtienen del personal respuestas más satisfactorias, sustentables en el tiempo, ya que aumentan el ambiente laboral. Contrariamente, en las empresas donde aún se aplican estilos autoritarios anticuados donde se involucra menos a los empleados en los resultados operativos, se hace más costoso a la dirección conducir al personal para el logro de los objetivos de rentabilidad.

Bibliografía:

Merlo, Pablo G., (s.f)., Modelo de liderazgo cooperativo, Disponible en: http://www.camaradeltabaco.com.ar/cdtra/notasabril.php?PHPSESSID=0589c660fff42ecf90afabdba249ba25&id=28&param=1, Consultado: Febrero, 08, 2012

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RDrughieri (2007), ¿Por qué Liderazgo Cooperativo?, Disponible en: http://ventadirecta.wordpress.com/2007/08/26/por-que-liderazgo-cooperativo/, Consultado: Febrero, 09, 2012

Sin autor (s.f), Liderazgo – Tips de un Experto, Disponible en: http://www.liderazgo24.com/articulos/estilos-liderazgo.html Consultado: Febrero, 10, 2012

miércoles, 1 de febrero de 2012

LIDERAZGO RESIGNIFICACIÓN EN TIEMPOS DE POSMODERNIDAD

Liderazgo resignificación en tiempos de posmodernidad

Análisis Crítico

INTRODUCCIÓN

Estamos en momentos de cambios; así siempre nos lo han hecho saber y desde tiempos memorables. Los años por venir serán duros, acelerados y hay que subirse al autobús del desarrollo y de los avances para no atrasarse en la búsqueda de la excelencia. Esta interpretación no es exclusiva de años anteriores. Vemos con gran prestancia que día tras día, y en nuestra época, los cambios son más abruptos y acelerados sin dejarnos tiempo ni siquiera de poder interiorizarlos. La tecnología y sus avances, así como las rupturas de paradigmas y la innovación han dado paso a que se modifiquen la manera como se hace o se hacían las cosas.

Imaginemos a que punto podemos aplicar lo descrito hasta ahora, que al concepto que estaremos estudiando en el presente trabajo denominado el liderazgo acepta distintos elementos que lo redefinen tal y como lo menciona el documento del autor Dillon (2009), “Liderazgo: Resignificación en tiempos de posmodernidad”, en donde el término resignificar nos da un punto de vista del cambio que se viene planteando en la terminología y la visión que se tiene de él en el futuro deseado y/o planificado.

Es justo partir en este momento con una breve explicación de los términos resignificar y liderazgo ya que son el punto de partida para comprender y estudiar la visión concreta del investigador anteriormente citado.

Y, qué es Resignificar?, No es más que una idea, término o concepto que adquiere un significado nuevo, que se agrega al que ya tenía, o lo cambia por completo. Esto ocurre por lo general cuando se cambia el contexto en el cual el concepto o la idea se aplican. Se utiliza cuando queremos darle otra connotación al significado real de la palabra que estamos utilizando.

Por otra parte, qué es liderazgo?, tiene una y mil formas distintas de conceptualizarlo, pero en su terminología convencional, nos remite a la imagen de un individuo, único de su categoría una persona en un grupo, una organización en el medio social, una nación en el mundo que ejerce su dominio con autoridad y poder, imponiendo su visión, marcando tendencias, motivado por su propio beneficio o, en el mejor de los casos, por lo que él cree que es el beneficio de los demás.

Visto ambos conceptos podemos claramente identificar que lo que se busca con el tema a investigar es romper paradigmas, cambiar la visión de lo que es o ha sido hasta estos tiempos la imposición o ejecución del liderazgo en nuestras civilizaciones, de lo general a lo particular. Se requiere de una redefinición de este término hasta el punto de llevarlo a cabo no solo en teoría sino a la práctica real para apreciar el cambio, adecuar el mismo a los tiempos que estamos viviendo y que están por venir. De allí el término que complementa al tema estudiado como lo es la posmodernidad, el futuro deseado como se explica en las cátedras de prospectivas estratégicas y planificación que tanto hemos estudiado.

Podemos plantear más adelante, adentrados en el contexto del autor, en redefinir un nuevo liderazgo, con base moral, centrado en valores, que por naturaleza promueva su propia socialización, su distribución en el conjunto. Esto va más allá de la postura definida anteriormente y de lo que conocemos actualmente como liderazgo.

Se podrá plantear más adelante un liderazgo no arcaico, es decir, que no necesite del desnivel entre líder y liderado para existir, pues su esencia no será la competencia, sino la cooperación. Aceptará las diferencias, la diversidad, y aún más, se enriquecerá gracias a ellas, pero estas diferencias jamás darán lugar a la aparición de rangos o jerarquías personales. Es un liderazgo orientado al servicio, y quienes lo vivan apreciarán los beneficios.

En la redefinición hay que dejar atrás el autoritarismo, paternalismo, tecnocracia o la manipulación, de tal forma que los seres humanos que experimentan este liderazgo distribuido y participativo, desarrollen armónicamente las potencialidades de todos sus miembros. Todo esto es base para la evolución de la humanidad y su permanencia si lo queremos ver desde un punto de vista más holístico y más humano.

En definitiva, ya no se trata del poder obsoleto, jerárquico y partidista que se ejerce en beneficio propio o de la propia parte, si no de un poder sobre uno mismo y junto con otros. Esto se dará en paralelo entre la transformación individual y transformación colectiva como un mismo proceso de cambio al mismo tiempo. El nuevo liderazgo busca en términos generales, que en su máxima y final expresión, sus límites coincidan con los de la humanidad toda, que ingrese en su plenitud, en aquella edad que podría definirse como la era, ya no de los individuos, si no de las comunidades que abarque el planeta entero.

El liderazgo es un fenómeno relacional y emocional. Tiene que ver con “otros” y con “ganas”.

Eduardo Martí

El análisis crítico individual sobre la visión estratégica del liderazgo es un escrito enfocado en términos generales a las empresas tanto públicas como privadas así como su aplicación a cada gerente que como formación personal es de suma importancia para su desempeño en la sociedad actual donde la innovación, la estrategia y otras variables son requeridas para adaptarse al medio ambiente cambiante del medio gerencial laboral. Está basado en las referencias que se hacen mención a lo largo de este escrito, cuyo énfasis está relacionado en lo que debe ser la prospectiva estratégica y la planificación de las acciones a realizar para llegar a establecer un futuro posible y deseado desde lo individual como líderes así como su aplicación en nuestro país como epicentro de su acción.

Al analizar críticamente la publicación del autor Dillon (2009), se destaca en su escrito una tendencia muy enriquecedora de la visión del liderazgo desde una óptica social enfocada hacia las llamadas ciencias sociales, es una visión más humanista en donde el centro de discusión es el individuo y sus experiencias y apreciaciones sobre lo que debe ser un liderazgo con aplicaciones hacia la gerencia. Como dice el autor es simplemente una “mirada diferente” donde se ha de destacar los aspectos más resaltantes. Su radio de acción se enfoca a una muestra representativa de nuestra sociedad, Venezuela.

Así lo construye el autor al citar (Berger y Luckman, 2006), en donde se destaca que la realidad se construye socialmente. El individuo es el epicentro de todas estas acepciones, sus experiencias, vivencias así lo demuestran. En cuanto a esta postura, personalmente coincido con el autor ya que el punto de partida para estos cambios es el individuo, generador de los cambios e integrador de todo cuanto crea y pone en marcha.

Me llama poderosamente la atención como la postura y argumentación fenomenológica - hermenéutica del autor se basa en recabar la visión con que el individuo asume o asimila el liderazgo de forma provinciana o de ciudad. Es una postura más de experiencias que de teorías o conceptos adoptados.

En un punto coincido completamente cuando el autor menciona, y cito a continuación: “la complejidad de la realidad de la práctica gerencial en su influencia y relación con quienes laboran, está subordinada a los sistemas de creencias, valores, tradiciones e imágenes de un mundo (el de los otros y el nuestro) y del ser social, en la perspectiva de conferirle un nuevo sentido”, ya que cada individuo como ser integral percibe todo cuanto lo rodea de forma muy distinta a otro individuo y ahí está la misión de los formadores de líderes en saber atinar y enfocar sus esfuerzos en poder resaltar las cualidades individuales y colectivas de los seres humanos para formar más que adoctrinar a los nuevos líderes del futuro.

El autor menciona a (Márquez, 2009 p.32), y esto no es más que la postura de un investigador que reafirma el hecho de romper paradigma para avanzar en el diseño de una nueva sociedad, de un nuevo modelo.

Todo esto nos lleva a pensar en el futuro que está por venir, no solo en la modernidad que abarca hasta el siglo 20 sino más bien en la posmodernidad que se vislumbra desde los inicios del siglo 21 en adelante.

La mirada epistémica del liderazgo necesario expuesto por el autor nos lleva a entender y verificar que los liderazgos han surgido desde la antigüedad según las circunstancias y las épocas que le han tocado vivir los individuos y de las sociedades que han surgido y avanzado en cada uno de los tiempos vividos.

No es la misma óptica y visión de liderazgo en la era preindustrial o en la era renacentista que en la época de principios de siglo 20 por así decirlo. Eran circunstancias distintas con motivaciones distintas donde el individuo reaccionaba al entorno en la cual estaba inmersa.

Pasamos de líderes en el pasado que buscaban aduladores y seguidores casi que a ciegas para construir sociedades, estados a veces con la utilización de la fuerza hacia líderes más cercanos a nuestra época donde el valor es formar sociedades, organizaciones y empresas prósperas donde el valor del dinero en ciertas circunstancias es primordial. Es la hora de cambiar a formar un líder que mueva masas y que genere los impulsos necesarios para lograr el desarrollo de todos en general. Líderes más democráticos y concertadores, que basen su capacidad de influencia en el poder de convencimiento más que en el de imposición, refiriendo además que el futuro lo deben construir los líderes.

Nuestro país no escapa a esta realidad como bien cita la autora Dillon (2009), en Venezuela lo social prevalece y avanza cada día más “de lo representativo a lo participativo”.

Encontramos a un líder, como lo es el presidente de la república que ejerce un liderazgo total no solo en los destinos del país sino en cuanta actividad tanto social, económica, política, entre otras, se presente y casi podríamos decir que como figura casi total en el medio venezolano, propone los destinos en cada una de estas áreas quedando los “líderes” de cada una de las áreas del país mencionadas a la entera disposición y acción de lo planteado por el Sr. Presidente. Esto se ha ido incrementando cada día más con la aplicación de las políticas y directrices de un modelo social que propone en este caso el presidente de la república con intención de apalancarlo y establecerlo para el futuro.

Pero existen otras realidades, es decir, un mundo más pequeño de líderes y que están expresados en la recolección de las impresiones de otros personajes como menciona el autor que ejercen labores de liderazgo en distintas áreas del país y con diferentes funciones y fines. Su apreciación sobre liderazgo es distinta en cuanto a sus propias experiencias de vida, están basadas en experiencias vividas en sus vidas desde corta edad en la cual el modelo de sus experiencias, de sus padres, entre otras, han influido de forma tal en sus vidas que han generado una nueva forma de liderar ciertos procesos en las cuales están inmersos en su día a día. La forma en que los informantes interpretan su mundo circundante permite ilustrar una aproximación al liderazgo en su mundo de convivencia.

De todo lo expuesto podemos afirmar según consta en los resultados obtenidos del investigador Dillon (2009), que el llamado liderazgo provinciano en tiempos de Posmodernidad, “se asocia con la actividad que ejerce el individuo que estando o no en un cargo formal, conduce un grupo, impulsando a otros individuos a lograr los objetivos planteados, entendiendo sus problemas y necesidades, enfrentando los conflictos y tomando decisiones, siempre con una posición crítica”. Y esto se logra relacionando a los colaboradores a través del respeto cy la conciliación entre ambas partes.

En la gerencia actual actual, existe la necesidad, según lo plantea Dillon (2009) de “una resignificación del liderazgo, a través del cual se considere líder a quienes vislumbren el indiscutible sentido de los cambios sociales, culturales y tecnológicos que hoy exhibe el mundo posmoderno”.

Se entiende que los enfoques emergentes en gerencia están relacionados con nuevas formas holísticas de ver la realidad en el presente siglo, y los nuevos caminos que debe recorrer la teoría del liderazgo en diferentes estilos administrativos, concretados en propuestas bajo una nueva óptica adaptada a los nuevos tiempos, a través de un pensamiento complejo; desde el cual, el gerente desarrolle competencias, para transformase en un líder comprometido con la organización que gerencia, para planear el logro de un óptimo grado de satisfacción material y espiritual del recurso humano.

Asimismo, al analizar la idea planteada sobre “la complejidad de la realidad de la práctica gerencial en su influencia y relación con quienes laboran, y el hecho de que está subordinada a los sistemas de creencias, valores, tradiciones e imágenes de un mundo y del ser social”, se considera razonable resaltar que ante el desafío del nuevo siglo, las perspectivas en las tendencias de acelerada automatización de los procesos de la vida cotidiana, trae consigo una gerencia caracterizada por el compromiso laboral de habilitar capacidades para un nuevo entorno tecnológicamente modificado, complejo y holístico que igualmente, supone la implantación del equilibrio entre el entorno de globalización y velocidad de movimiento del conocimiento y la sensibilidad social de los dirigentes en un nuevo modelo de liderazgo en las organizaciones empresariales. Es labor de la gerencia y por ende de los gerentes adiestrados para estos cambios, buscar a estos dirigentes para conocer cuál es el comportamiento y actuación.

- Surge la Necesidad de un nuevo concepto de liderazgo

De todo lo que pudimos analizar y leer sobre el autor Dillon (2009) podemos afirmar que los valores humanos son preciosos, delicados e intangibles. No pueden ser medidos ni explicados con exactitud. Pero no hay duda de que las actitudes espirituales pueden ser alentadas y convocadas, que el carácter puede ser influido.

A pesar de su cautiverio espiritual y moral, el ser humano de nuestro tiempo se encuentra en proceso de desarrollar una nueva conciencia que en el futuro podrá elevar a la especie humana por encima del temor, la ignorancia y el aislamiento en que hoy se encuentra. Es aquí donde cabe la premisa de que el liderazgo es necesario para encauzar este proceso, debe tener en cuenta esa conciencia naciente como una nueva visión de la realidad, que los individuos estamos obligados a confrontar permanentemente.

Este nuevo estilo de liderazgo en la posmodernidad será, sin duda, una nueva dirigencia espiritual e intelectual porque deberá ampliar los horizontes del hombre, donde tengan más cabida las potencialidades que las probabilidades, donde la unidad y la diversidad se definan de nuevo como polos simultáneos y necesarios de la misma esencia.

El nuevo liderazgo deberá examinar los significados a veces contradictorios y las aplicaciones que tienen hoy día términos tales como democracia, libertad, justicia, amor, paz y humanidad.

- La finalidad del nuevo liderazgo

Consistirá en contribuir a hacer latir más el corazón de la verdad y respetar las esperanzas y los sueños de hombres y mujeres hacia una comprensión más honda de los valores básicos de todos los pueblos. En este camino, todos tenemos una misión para cumplir.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

Berger, L. y Luckman,T. (2006). La construcción social de la realidad. Buenos Aires: Amorrortu.

Canales, Carmelo. (2007). Liderazgo estratégico. Documento disponible en línea: http://www.vingest.com/pdf/Publicaciones/ArtVisionEstrategica.pdf , [Consulta: 2012, Enero, 28].

Dillon de B, Leonor C. (2009), Liderazgo: Resignificación en tiempos de posmodernidad, Universidad Yacambú. Venezuela, [Consulta: 2012, Enero, 30].

García, M. (2006). Dirección estratégica. España:Editorial McGraw Hill.

Márquez, J, (2009). La nueva gerencia y las transformaciones sociales: una nueva visión de las relaciones hombre-empresa. Venezuela: Horizonte.